Siguiendo con la entrada anterior sobre técnicas de reintegración, hoy os traigo esta segunda técnica: el Rigattino.
Esta técnica tiene su origen en el Instituto Centrale del Restauro di Roma.
Para conseguir el color de la reintegración, se basa en generar una ilusión óptica, obtenida por la división de los colores y su posterior mezcla visual.
La reintegración se realiza a partir de colores puros, mediante la aplicación de una serie de pequeños trazos paralelos y verticales. Por otra parte, su diferencia con el original, queda claramente visible al contemplarse a una distancia próxima.
En esta imagen se observa claramente una intervención con la utilización del Rigattino. Aunque en la pintura se aprecie cómo existen formas curvas (línea sensible), la reintegración se ha llevado a cabo mediante líneas rectas y paralelas entre sí. Aunque sí imitan la policromía de la pintura, las líneas no imitan su forma.
Título: Fragmento del mural
(fresco) de una iglesia
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Tipo: Pintura
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Autor: Desconocido
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Año: Siglo XIV
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Técnica: Rigattino / Pintura al
temple (fresco seco)
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Dimensiones: Desconocido
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Localización: España
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Periodo: Gótico
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