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lunes, 18 de marzo de 2019

En el Archivo Histórico

¡Muy buenas! ¡Cuánto tiempo sin pasar por aquí! Demasiado...

Hoy que estamos en Fallas (y aprovechando que tengo el día libre), me he propuesto actualizar un poco el blog, que hace un año que lo tengo abandonado.

Hay que decir que, cuando hablamos de Conservación y Restauración, como bien indican estos términos, tan importante es restaurar una obra dañada como conservarla en lugares específicos con las condiciones idóneas para su buena preservación y máxima durabilidad.
(Dentro de pocos minutos entenderéis porqué remarco esto).

Así que voy a empezar con una visita que realicé hace poco al Archivo Histórico de la Comunitat Valenciana.

¡Empecemos!






El edificio del Archivo Histórico se encuentra en el barrio de Campanar de Valencia, dentro del recinto de un complejo educativo. Está un poco escondido, hay que buscarlo bien.
Una vez llegas a un edificio bajo y rectangular (Sí, es ese. No tiene nada de especial, es como una caja con puertas) y accedes, te encuentras con una entrada amplia y un pequeño mostrador en el centro con un detector de metales. Después de pedirte el DNI y de que pases por el detector, la persona del mostrador te indica dónde está el despacho principal del archivo.

Una vez llegas al despacho (leyendo bien los cartelitos porque todas las puertas del pasillo son iguales) y entras en él, hay: varios escritorios, bastantes torres de libros sobre ellos y algunas personas. Después de hablar con cuatro personas apareció el director de la institución, el cual accedió encantado a hacer un pequeño recorrido y explicar todo lo que hiciera falta.

Así pues, nos dirigimos al archivo principal.



                                                                       Instalación principal del archivo. 
 A la izquierda, las estanterías compactas móviles. 
                   A la derecha, el archivo de expedientes del I.E.S. Lluís Vives 
                       cubiertos por un plástico debido a las obras que habían realizado.


Una vez allí el director empezó a explicar detalles técnicos sobre las condiciones en las que se encuentran los documentos. Empezando por la luz: está siempre a oscuras, pero cuando entras se encienden una serie de alógenos. Primer error (que él mismo reconoció), ya que sería mejor usar luces LED. Este tipo de luces permiten controlar las radiaciones emitidas, entre otras cosas.

Estando allí dentro, se notaba un ligero cambio de temperatura respecto al resto de estancias del edificio. Y efectivamente, la temperatura y la humedad eran diferentes dentro del archivo, cosa que se pudo comprobar con un higrómetro que había situado en una estantería.
En esta sala estábamos a 17ºC (lo adecuado está entre 17ºC y 22ºC) y había un grado de humedad del 51% (lo idóneo está entre 48% y 55%).
Aún así, se permiten oscilaciones de +/- 3ºC y de un 5% de humedad relativa.
Así que en este aspecto, se encuentran en buenas condiciones de almacenamiento.



Primer plano del higrómetro situado en la estantería metálica


Después abrió las estanterías móviles, que contienen todo tipo de archivos. Desde certificados de obras, pasando por fotografías y hasta testimonios de colecciones de elementos históricos.
Las estanterías se abren mediante la rueda que tienen en la parte delantera, haciendo que la estantería se deslice a un lado y se forme un estrecho pasillo a través del cual se accede a los documentos.
En estas estanterías, la documentación está almacenada en cajas de cartón. En el interior, las hojas están atadas por un balduque, creando un bloque compacto. De esta manera se reduce el riesgo de ser atacado en caso de incendio.
Por otro lado, las cajas de cartón de los elementos que están más deteriorados (y delicados) son cajas anti-ácidos.


                                                   

Interior de una de las estanterías compactas abierta





Otra vista de almacenamiento en estanterías compactas


En cambio, el archivo de expedientes del Instituto Lluís Vives se almacena en estanterías metálicas para evitar cualquier tipo de combustión, así como evitar ataques de xilófagos (bichos que se comen la madera y el papel).



Expedientes del I.E.S. Lluís Vives y el higrómetro



Y hablando del tema incendios y combustión...la sala dispone de varios extintores y un sistemas anti incendios. Pero éste último se tuvo que cambiar recientemente, puesto que el que había hasta hace poco era de gas halón. Actualmente se utilizan de gas inergén, son más seguros y eficaces. 
Por eso los expedientes estaban cubiertos por un plástico, para evitar el polvo y la suciedad de las obras.

¡Y ahora viene la parte interesante!...😏


En cuanto a los expedientes del instituto, nos comentó que pese a encontrarse en buen estado de conservación (la gran mayoría de ellos), estos volúmenes fueron rescatados de un refugio antiaéreo cercano al instituto de donde procedían, construido en 1938. 
Cuando fueron rescatados, estos volúmenes presentaban residuos de aguas fecales (sí, imaginas bien). 



 Uno de los pasillos del refugio antiaéreo del I.E.S. Lluis Vives



Nos explicó también el porqué de la diferencia de tonalidad entre los primeros (más antiguos) y el resto. Los primeros están encuadernados en pergamino, mientras que el resto lo están en piel roja.



   
Encuadernación hecha en pergamino                                                                                Encuadernación en piel roja





Interior y estado de uno de los expedientes del I.E.S. Lluís Vives


Después de mostrarnos el archivo principal, el director nos explicó que esta institución no tiene un espacio de conservación-restauración. Cuando un documento necesita ser intervenido deben trasladarlo al Archivo del Reino de Valencia. 
En una ocasión, tuvieron que alisar unos planos de gran tamaño que eran muy difíciles de transportar. Para ello necesitaron destinar una sala para este fin y pedir a una conservadora que acudiese ante la imposibilidad de llevarlo hasta el Archivo del Reino.

Al finalizar la explicación de diversos temas del archivo y la documentación que éste alberga, nos dirigió hasta una pequeña habitación. En ella había un sistema de ventilación antiguo, dos estanterías con cajas de cartón archivadoras y muchas cajas amontonadas en el centro de la estancia. 
Lo que había en esas cajas de cartón archivadoras de las estanterías eran documentos muy deteriorados que eran muy difícil o casi imposible de recuperar. Documentos que, con sólo tocarlos levemente, se deshacían.
Algunos no se pueden ni catalogar.



Documentos muy deteriorados. 
En las cajas se escribe la causa.



Grado de deterioro de estos documentos. 
No pueden sacarse de las cajas.



Y en esta pequeña sala (y con algunos DVDs y libros como obsequio) finalizó la visita.
Sinceramente, aún no he visto los DVDs...no tengo reproductor ni tiempo. Pero algún día de esos que apetezca mantita y sofá (y portátil), los veré, que tienen muy buena pinta.

Y por si os pica la curiosidad, aquí va un enlace: 







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